jueves, 16 de julio de 2009

Street food, comer en la calle

El otro día, perdiéndome por una librería, me tope con un libro que me gustó mucho. Lleva por título: Street food. comer en la calle, de Troth Wells (os dejo una entrevista linkeada con ella).

Para los que nos gusta viajar (todos los que pasamos por aquí), probar la comida de los puestos callejeros es una experiencia increíble. Es sumergirte en la cultura, costumbres y entablar comunicación con nativos del lugar.

La reseña del libro dice así: Comer en los puestos de comida callejeros es una experiencia muy distinta a la de comer en cualquier buen restaurante pero, las comidas callejeras también tienen su arte y su amplio recetario. Por esta razón el libro Street Food (comer en la calle) nos proporciona la posibilidad de acercarnos a una gran cantidad de recetas exóticas de todas las cocinas del mundo, pero a través de los puestos ambulantes callejeros. Todas las recetas han sido adaptadas para que puedas elaborarlas sin problemas en tu casa, además los ingredientes utilizados son de fácil acceso, podrás encontrar casi todos en los establecimientos alimenticios. El libro tiene 176 páginas acompañadas de unas buenas ilustraciones que hacen honor a las recetas. Sin duda es una manera distinta de ver la cocina. El precio de este libro es de 21 €.

Me vienen a la cabeza muchas ciudades en las que he estado y siempre me he dejado seducir por esos puestos callejeros, por su olor (no siempre agradable, todo hay que decirlo), color y la variedad de lo que ofrecían.

En resumen, para los que guste viajar y os guste la cocina, Street food. comer en la calle es una combinación interesante. Espero que alguno de los "españoles por el mundo" se anime y decida invitarnos al resto a su casa... y de paso os visitamos...

3 comentarios:

Fernando López dijo...

Buen post Francisco, auneuq emi experiencia me dice que hay puestos callejeros que es mejor obviar, a pesar de tener una pinta fantástica.
Un abrazo

FAH dijo...

@fernando lópez fernández. sí, es cierto, jaja...

Pedja dijo...

Puerto de Nivhad (o algo así) en Copenhague, agosto, atardecer y la gente arremolinada en torno a los bares que jalonan el paseo del puerto y ahí estábamos Paco y yo, degustando en su caso y devorando en el mío una chinese box fantástica. A veces los mejores restaurantes no son los más caros, buen post Paco, gracias, un abrazo¡¡